Roma, (IPS) - La nueva Comisión Europea parece más un experimento para equilibrar fuerzas opuestas que una institución que debe ser dirigida con algún tipo de gobernanza. Probablemente Europa acabará por verse paralizada por conflictos internos, que es lo último que necesita.
Si fuese necesario demostrar que estamos ante la total ausencia de una gobernanza global, la Cumbre sobre el Clima, convocada excepcionalmente por el inerte secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, el 23 de septiembre en Nueva York, sería un muy buen ejemplo.
En 1980, tuve un debate en las Naciones Unidas con el fallecido Stan Swinton, cuando era el muy brillante y poderoso director de Associated Press (AP). En un momento dado, proporcioné algunas cifras, que habían cambiado lentamente a causa de la parcialidad occidental en los medios de comunicación.
Es una gran lástima que, junto a abrir las puertas a la ética, la justicia social y la paz, el Papa Francisco no haya dado indicios de actualizar también la teología tradicional. La tarea más urgente es poner al día los siete pecados capitales.
La actualización debe realizarse en el ámbito del impacto social y del grado de perversidad. Por ejemplo, ¿cómo es posible equiparar la pereza y la gula con la avaricia?
Desde hace varias semanas, los medios de comunicación dominantes se han dedicado unánimemente a denunciar las acciones de Vladimir Putin, primero en Crimea y ahora en Ucrania.
La última portada de The Economist representa un oso tragando Ucrania, bajo el título de «insaciable». La unanimidad en los medios de comunicación es siempre preocupante, porque revela algún reflejo instintivo. ¿Es posible que se esté manifestando la inercia de 40 años de Guerra Fría?Aunque para muchos ha pasado inadvertido, el 13 de abril el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) publicó la tercera y última parte de un informe en el que se advierte sin rodeos que solo tenemos 15 años para evitar superar el umbral de un calentamiento global de dos grados. Más allá, las consecuencias serán dramáticas.
Cambio Climático: el IPCC advierte de que así vamos mal