En su fuero interno, los periodistas actuales son escépticos sobre la panoplia (variopinta) de soluciones (milagrosas) que se ofrecen, aquí y allá, para «salvar» los medios de comunicación (digitales o tradicionales). En esa milagrería se incluye siempre una cierta jerga obligatoria que estigmatiza sobre todo a los medios «tradicionales», sobre todo a los impresos, a los que se condena a una pena capital ya inminente. Con el miedo en el cuerpo, juntos de la mano hacia el cierre definitivo.
La presencia de la mujer en la prensa deportiva es notablemente inferior a la del hombre. En concreto, la mujer tan solo aparece en un 5 por ciento de los casos, mientras que el hombre lo hace en más de un 92 por ciento, según una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
Son malos tiempos para el periodismo. Cierre de medios de comunicación y despidos de periodistas en los países occidentales. Asesinatos, secuestros y torturas en países conflictivos. Las organizaciones de periodistas denuncian que la transparencia informativa ha descendido en casi todos los países, incluidos Estados Unidos o Europa, que aunque siguen siendo las zonas del mundo con mayor libertad de prensa, han aumentado su control sobre informadores e informantes.
Reporteros Sin Fronteras celebra este 3 de mayo, Día Mundial de la libertad de prensa, un acto de apoyo a los periodistas y blogueros encarcelados en todo el mundo. Este año estará especialmente centrado en la situación de Eritrea, una de las peores cárceles del mundo para los periodistas.
El periodismo es un bien público. Ese es el principio del que parte la Federación Europea de Periodistas (FEP) ante las elecciones europeas del 25 de mayo y recuerda que para su cumplimiento existe un requisito imprescindible: los periodistas tienen que ejercer su oficio con independencia. Deben esforzarse en ese sentido. Y eso, quizá, debería ser especialmente cierto en el caso de los medios públicos audiovisuales.
Rusia se ha quedado sin uno de los pocos medios de información que seguía siendo relativamente objetivo. Con un decreto por sorpresa, el presidente Vladimir Putin ha ordenado el cierre de la agencia de noticias RIA Novosti y su sustitución por otra nueva, Rossiya Segodnya (Rusia Hoy), que dirigirá Dmitry Kiselyov, uno de los más fervientes defensores del gobierno dentro de los medios.