La abrupta caída del precio del petróleo a escala mundial, vivida como una bonanza por millones de conductores de vehículos en Estados Unidos y Europa, podría socavar las frágiles economías de varios países africanos que dependen de su exportación. Los más vulnerables del continente más pobre son Angola, Gabón, Guinea Ecuatorial, Nigeria y Sudán, además de países en desarrollo como Argelia, Egipto y Libia, en África del norte.