Cuando los sirios han conocido que importantes dirigentes mundiales se acaban de embarcar en una confrontación sin precedentes, amenazando incluso con desatar la III Guerra Mundial, en vez de acordar un alto el fuego humanitario, seguramente han caído en una desesperación aún más profunda.
«Occidente» es un concepto que prosperó durante la Guerra Fría (1947–1991). El Este personificaba el mal contra el que todos los países democráticos -léase Occidente- estaban llamados a combatir. Recuerdo mi discusión en 1982 con Elliot Abrams, subsecretario de Estado durante la administración estadounidense de Ronald Reagan. Abrams decía que en ese momento de la historia, su país encarnaba al auténtico Occidente.
Los jefes de Estado y de Gobierno de la UE han solicitado hoy que los ministros de Exteriores aborden la posibilidad de aumentar las sanciones a Rusia. Los titulares europeos se reúnen el próximo jueves, en un encuentro extraordinario para abordar los últimos ataques en el este de Ucrania, que han acabado con el alto el fuego.
El 6 de agosto, aniversario del lanzamiento por Estados Unidos de la primera bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima en 1945, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo «Una de las grandes paradojas de la ciencia moderna» es que los seres humanos busquen vida en otros planetas mientras que las potencias nucleares del mundo mantienen y modernizan sus armas para destruir la vida en la Tierra.
Mairead Maguire*
Belfast, (IPS) - ¿Cómo se puede justificar que en el siglo XXI continuemos entrenando a millones de hombres y mujeres para engrosar los ejércitos y mandarlos a la guerra? La mortandad de civiles en las guerras es inmensa y la destrucción de la vida de militares es altísima. Agréguese el coste económico y ambiental, y el coste del potencial humano que científicos y expertos, en vez de dedicar al bienestar y la salud, emplean para la investigación y producción de armas cada vez más letales.La esperanza de que la estrategia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alcanzase una rápida victoria contra el grupo extremista Estado Islámico (EI) se ha esfumado del temor cada vez mayor de que la ofensiva aérea encabezada por este país apenas haya reducido el ritmo del avance de ese movimiento armado en Siria e Iraq.
El presidente ucraniano Petró Poroshenko anunció este jueves que Ucrania va a solicitar su ingreso en la familia europea en 2020. De producirse las reformas necesarias, Ucrania podría convertirse, en como mínimo una década, en un nuevo país de la UE y, quizás, también hasta de la zona euro.