No ha habido sorpresas en Frankfurt. Pese a las especulaciones que había despertado la baja tasa de inflación publicada por Eurostat el pasado lunes, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por dejar las cosas como están. Sin embargo, por primera vez el Consejo de Gobierno de la entidad ha debatido acerca de la posibilidad de adoptar medidas que estimulen la economía si los datos macroeconómicos siguen sin acompañar.
El Banco Central Europeo no ha movido los tipos de interés. Mantiene su principal interés al mínimo histórico del 0,25 por ciento, a pesar de las voces que señalan que la inflación puede entrar en una «zona de riesgo» por debajo del 1 por ciento.