El destino hizo nacer a Julio Cortázar en un barrio de Bruselas el 26 de agosto de 1914, hace ahora cien años. De ahí, tras el estallido de la Gran Guerra, su padre, funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, se trasladó con su familia a Barcelona, donde pasaron año y medio, y poco después a Buenos Aires, donde el escritor pasó toda su infancia y adolescencia y gran parte de su juventud. Después París fue su lugar preferido de residencia y a esta ciudad debe la inspiración de muchas de sus novelas.
Cincuenta años criticando la «estupidez humana» y seguirá así a pesar de los homenajes, de haber recibido la máxima condecoración francesa y de haber cumplido 50 años. Mafalda sigue siendo la de siempre... una niña respondona. El Salón del Libro de París que mañana cerrará sus puertas ha tenido este año como país invitado a Argentina y ha homenajeado a dos de sus más emblemáticos autores: Cortazar y Quino.