Farhang Jahanpour, exdecano de la Facultad de Lenguas de la Universidad de Isfahan, en Irán, y desde hace 28 años profesor en la británica Universidad de Oxford, analiza la biografía oficial, los antecedentes, los dichos y los hechos de Abu Bakr al Bagdadi, autoproclamado califa del llamado Estado Islámico. Lo describe como un epígono de la doctrina wahabí, que considera la versión más fundamentalista en la larga historia del Islam.
Oxford, Gran Bretaña, (IPS) Cuando el Estado Islámico emergió por sorpresa en la escena en 2013 y en pocos días sus combatientes ocuparon extensos territorios habitados por suníes en Iraq y Siria, hasta los servicios de inteligencia activos en la región tuvieron que admitir su desconocimiento sobre este nuevo protagonista. A diferencia de Occidente, en Medio Oriente la religión aún juega un papel predominante en la vida de los pueblos.
La estrategia del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, para «degradar, y en última instancia destruir,» al extremista Estado Islámico (EI) ha sido recibida con escepticismo generalizado por legisladores y expertos de este país en Oriente Medio.
Los catastróficos acontecimientos que se desarrollan a diario en Irak son más significativos que en cualquier momento de la historia reciente. El Estado Islámico, antes conocido como Estado Islámico de Iraq y el Levante (ISIS), se ha expandió de forma arrolladora de Siria a Iraq y parece imparable en su marcha hacia Bagdad. Las fuerzas armadas iraquíes, muy superiores en cantidad de hombres y en armas, no han podido o no han querido hacer frente a esta abigarrada pero decidida fuerza de unos 1.000 combatientes.
Según un informe de la ONU las fuerzas del denominado Estado Islámico en el norte de Siria han instaurado una campaña para aterrorizar a la población, con amputaciones, ejecuciones públicas y palizas. Por su parte el Gobierno ha arrojado bombas, algunas de ellas con cloro, contra civiles.
Alepo (IPS)- Las congestionadas calles cercanas a la Ciudad Vieja de Alepo, la segunda mayor de Siria y otrora un centro industrial y comercial, solían estar repletas de talleres mecánicos. Ahora, piezas de vehículos, chatarra, trinitrotolueno (TNT) y otros materiales explosivos se envasan en bidones de petróleo, tanques de agua u otros recipientes cilíndricos de gran tamaño que las fuerzas del gobierno de Bashar al Assad transforman en bombas de barril arrojándolas desde helicópteros militares sobre zonas pobladas de la ciudad en poder de la insurgencia.