Apenas quedan unas horas para que Escocia sea protagonista de un día histórico, del que depende el futuro de la región y en el que tienen puestas la mirada otras regiones europeas. Catalanes, vascos o flamencos entre otros, miran con anhelo e ilusión la jornada del 18 de septiembre. Los colegios estarán abiertos desde las seis hasta la nueve de la noche y los resultados, como acostumbra el recuento británico, no se darán a conocer hasta la madrugada o primera hora del día siguiente. Lo único claro es el número de escoceses con posibilidad de participar y las estimaciones de que efectivamente lo hagan. El 97% (4,3 millones) de los llamados a las urnas se ha registrado para votar y de estos, se espera una participación del 80%. Lo que decidan, es cuestión de horas.
El asesinato grabado del periodista estadounidense, James Foley, por la yihad del autoproclamado Estado Islámico de Irak y Levante (EIIL) ha puesto en la picota del panorama occidental el grave conflicto, que desde hace meses, se vive en el país; vecino del, también, combate sirio. Estados Unidos considera el hecho como un «acto terrorista», anunciando «medidas represivas»; Europa hace lo propio ante la posibilidad de que el verdugo que aparece junto al periodista sea de origen británico. No resulta extraño, según estimaciones, la cifra de combatientes europeos por la causa desplegados en el lugar superaría el millar.