Groenlandia y la Antártida pierden hielo a una velocidad sin precedentes de 500 kilómetros cúbicos al año, la tasa más alta observada desde que se hacen mediciones de altimetría hace unos 20 años. Los datos revelan que el agua procedente de ese hielo derretido ha hecho que la subida del nivel del mar se haya duplicado desde 2009.