Hace unas semanas se produjo un típico episodio de las siempre turbulentas relaciones hispanoguineanas. Para cualquier observador ajeno, lo sucedido no tiene explicación lógica. El Presidente de la excolonia española en África viaja a nuestro país como único Jefe de Estado extranjero para rendir homenaje a uno de nuestros más admirados y respetados políticos: el Presidente Adolfo Suárez. Venía para agradecer la cooperación española en favor de su país. Al margen de los saludos protocolarios en la catedral madrileña, nadie lo recibió oficialmente, aunque sí recibió descalificaciones personales y duras críticas por su presencia.
La Unión Europea, enviará una misión de observación a las elecciones de Guinea Bissáu, que se celebrarán el 13 de abril. La misión se entiende en un contexto más amplio: la nueva estrategia que ha adoptado el Consejo europeo para el Golfo de Guinea que abarca 6,000 kilómetros de costa, desde Senegal hasta Angola, incluyendo las islas de Cabo Verde y Santo Tomé y Príncipe.