Las muy contemporáneas novelas medievales del galés Ken Follett transportan a un tiempo en que los ricos lo tenían todo, y los pobres no se tenían ni siquiera a sí mismos.
Esas historias ambientadas en los siglos XII, XIII y XIV reconfortan en cierto modo al lector contemporáneo, rodeado de comodidades, libertades y garantías.La marca de aquella época era la pobreza. Como dice el propio Follett, «el príncipe más rico vivía peor que, pongamos por caso, un recluso en una cárcel moderna».