Los más de 3.000 glaciares que existen a lo largo de Chile constituyen una de las mayores reservas de agua dulce de América del Sur, pero están constantemente amenazados por grandes proyectos mineros y de infraestructura, según ambientalistas y expertos. La falta de una legislación que los proteja, ha permitido a la organización ecologista Greenpeace fundar la República Glaciar.
Los nevados agonizan en Perú, que concentra el 70 por ciento de los glaciares tropicales del mundo, y los agricultores de esos ecosistemas viven peripecias para adaptarse a la subida de la temperatura, mientras en Lima gobiernos de 195 países cierran las negociaciones climáticas sin hacer caso a esta realidad que tienen tan cerca.
Groenlandia y la Antártida pierden hielo a una velocidad sin precedentes de 500 kilómetros cúbicos al año, la tasa más alta observada desde que se hacen mediciones de altimetría hace unos 20 años. Los datos revelan que el agua procedente de ese hielo derretido ha hecho que la subida del nivel del mar se haya duplicado desde 2009.
La pregunta suena entre tecnología futurista e idea descabellada. Pero con el acelerado retroceso de los glaciares por el calentamiento y la explotación minera, la ciencia busca restaurar o recrear esas valiosas masas de agua dulce.