La diferencia entre los 27 estados miembros en relación con las partidas económicas en sanidad aumenta. Alemania, Francia y Bélgica gastan más en su sistema sanitario lo que incide en una mayor supervivencia de sus habitantes enfermos de cáncer. A la cola, Rumanía y Polonia.
El 67 por ciento de los trabajadores europeos se muestran preocupados por la situación de estrés laboral que padecen. También la sufren los parados porque la precariedad en el empleo o la reorganización laboral es la causa más común de esta enfermedad laboral. EU-OSHA, ha realizado un sondeo de opinión paneuropeo para conocer la percepción que tienen los empleados sobre enfermedades laborales.
Aumentan los empleos verdes, empujados por la crisis económica y la necesidad de encontrar nuevos mercados laborales. También porque la legislación y la sensibilización medioambiental han abierto nuevos nichos para los negocios. La inclusión de nuevas tecnologías y los nuevos procesos de producción, deben ofrecer resultados ecológicos pero también óptimos niveles de seguridad y salud para los trabajadores.
Las mujeres representan el 45 por ciento de la población activa de la UE, pero a menudo trabajan en puestos de trabajo pensados y diseñados sólo para los hombres y se enfrentan a peligros específicos de su género. Los sectores más feminizados tienen una menor regulación en seguridad, lo que perjudica la salud de millones de trabajadoras.
La mayor parte de los riesgos de exposición del cáncer profesional son prevenibles. EU-OSHA (Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo), recuerda que los trabajadores que tratan productos químcos y otros relacionados con emisiones de radio son los que están más expuestos a padecer cáncer. La legislación europea obliga a los países a elaborar continuamente revisiones en las categorías laborales con más riesgo.