La líder del partido francés de ultraderecha Frente Nacional, Marine Le Pen, ha pedido la disolución de la Asamblea Nacional francesa a la vista de los resultados provisionales que darían ganador de las elecciones europeas en Francia a su partido.
El Frente Nacional se ha visto ampliamente favorecido por los medios de comunicación franceses, europeos e internacionales. Esa es la verdad, en contra de las habituales protestas de sus líderes, desde el padre fundador, Jean-Marie Le Pen, hasta su hija Marine, líder actual. Y su impacto es siempre menor del que logran hacer creer sus dirigentes, con ayuda de los medios.
No se trata únicamente de lo inquietante que resulta el fenómeno del ascenso de la extrema derecha en Francia, en realidad el Frente Nacional ha sido siempre un desastre como gestor. Y con algunas pocas excepciones (Bénin-Beaumont, Beziers, etcétera) lo más absurdo es que sus resultados de la primera vuelta, no fueron tan impactantes como su reflejo mediático. Nuestras propias reacciones periodísticas, con frecuencia, retroalimentan un experimento a menudo teñido de fracaso administrativo.