Los reyes Felipe y Letizia visitan Portugal, en su segundo viaje al extranjero tras la proclamación de Felipe VI el pasado 19 de junio. Los vínculos entre los dos países vecinos, que comparten algo más que la geografía, han sido estrechos a lo largo de los años, salpicados de encuentros y desencuentros. La monarquía española siempre ha mantenido relaciones personales con la República Portuguesa.
La vida ha cambiado para Felipe VI, que tras su proclamación se ha convertido en Jefe de Estado. Pero el nuevo ciclo también será diferente para don Juan Carlos y doña Sofía, que pierden parte de su estatus. España ha optado por una fórmula similar a la de Bélgica, donde los antiguos reyes mantienen su tratamiento, pero verán reducidos parte de sus privilegios.
Felipe VI, moderno y discreto, tiene dos grandes desafios: convencer a los ciudadanos de un país (donde el apoyo popular a la monarquía vive sus momentos más bajos desde 1975 tras varios escándalos relacionados con su família), y la unidad nacional. Es lo que destacan los medios extranjeros del nuevo rey de España. También la ausencia de su antecesor, el rey Juan Carlos I, al que consideran el gran ausente. Felipe VI ha recibido el apoyo y las felicitaciones de los líderes mundiales.
«España» y «españoles» han sido las palabras más repetidas. Felipe VI juraba la Constitución y quedaba proclamado Rey de España minutos antes de las once de la mañana. El himno nacional ha precedido a un discurso que ha durado unos 25 minutos en los que el nuevo monarca ha hecho un llamamiento a la unidad de un país «donde caben distintas formas de sentirse español». La alocución también ha estado repleta de referencias a una necesaria renovación de la institución.
Los países latinoamericanos son su punto fuerte. Don Felipe ha asistido a las tomas de posesión de sus presidentes desde 1996, y conoce a la perfección cada uno de los países. Sin embargo, sigue siendo un desconocido en el mundo árabe, donde el hasta ahora Rey, don Juan Carlos I, ha sido el mejor embajador de España. Felipe VI tiene por delante la tarea de forjar una agenda propia que mire hacia Oriente.
Por Joaquín Roy
Miami, (IPS) - Sin apenas discusión, la abdicación del monarca español es la noticia más espectacular del nuevo siglo, e incluso del largo periodo de la renacida democracia española. La novedad de la decisión tomada es al mismo tiempo, y paradójicamente, un atisbo a la normalidad y la estabilidad.