En la década de los 60, en plena guerra fría, dos físicos europeos, el francés Pierre Auger y el italiano Edoardo Almadi, se unieron para defender que los cohetes y satélites fueran utilizados con fines científicos y no militares. Era el año 1964. Diez años después se fusionarían para crear la ESA, la Agencia Espacial Europea, basada en la cooperación internacional. 50 años más tarde, Europa acaba de marcar un hito al colocar un módulo sobre un cometa. Los próximos objetivos son Marte y Venus.
La misión ha sido «perfecta». Por primera vez este miércoles la Agencia Espacial Europa (ESA) ha logrado que una nave lanzada al espacio regrese a la Tierra con éxito. Pasadas las cuatro y media de la tarde, hora de España, los técnicos recuperaban el avión IXV de aguas del pacifico, escribiendo así un nuevo capítulo en la historia espacial europea.
Un paso más hacia la comprensión de los orígenes del universo han dado investigadores del Grupo de Dinámica Espacial de la la UPM en colaboración con el Instituto Astrofísica de Canarias que estudian la estructura interna y la interacción entre las galaxias. Han conseguido publicar nuevas imágenes ópticas de 1.768 galaxias cercanas, así como elaborar el análisis estadístico de la morfología y la interacción entre ellas.
Científicos del CSIC han analizado la estructura y actividad del 67P Churyumov-Gerasimenko, su diversidad morfológica y las propiedades del polvo de su envoltura. La misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), que se encuentra viajando hacia las regiones internas del Sistema Solar en órbita en torno al cometa, está aportando los mejores datos que se hayan obtenido nunca sobre un núcleo cometario.
En 1989 llegó a un hotel de Pekín un paquete muy especial. Contenía un lote de algas verdeazuladas destinadas a pasar cinco días en el espacio, en una cápsula. Era el comienzo del proyecto MELISSA, dirigido por la ESA. Un cuarto de siglo después se está instalando en Barcelona un ecosistema completamente cerrado que fabricará alimentos para los astronautas.
La materia oscura es la más abundante en el universo, y aún así sigue siendo una gran desconocida. Nunca ha sido detectada directamente, permanece invisible, y de ella solo se sabe que su fuerza de gravedad influye en el resto de objetos del universo. El telescopio espacial de rayos X de la ESA, XMM-Newton, ha anunciado que uno de sus principales retos para el próximo año será la búsqueda de esta materia con un programa de observación de casi 1.4 millones de segundos.
En diciembre de 2016 se lanzarán 50 CubeSat, entre los que estará QBITO de la Universidad Politécnica de Madrid, que componen la constelación del proyecto europeo QB50. Un 'collar de perlas' que rodeará la Tierra en una órbita circular de 380 kilómetros de altura y 98 grados de inclinación. QBITO se está fabricando en las instalaciones del Centro de Operaciones y Soporte a Usuarios Español (E-USOC) de la Agencia Espacial Europea (ESA), ubicado en el Campus de Excelencia Internacional de Montegancedo.