La Cumbre sobre el Clima de Naciones Unidas que ha arrancado hoy en Nueva York es el enésimo intento del actual Secretario General, Ban Ki Moon, de reunir a los líderes mundiales y pactar soluciones en la lucha contra el Cambio Climático. Sin embargo, los Estados miembros llegan a la cita sin tener una posición común.
Neiker-Tecnalia investiga los genes de patata que mejor se adaptan a las condiciones previstas de cambio climático, caracterizadas por una disminución de la lluvia y temperaturas más extremas de calor y frío. El objetivo es identificar los genes más resistentes con el fin de crear nuevas variedades de patata que se adapten de forma óptima a las futuras condiciones climáticas y conocer cómo se comportarán las variedades actuales de patata en una situación de mayor sequía y temperaturas más altas y bajas.
Alemania ocupa el primer puesto seguida por Italia en una nueva clasificación sobre la eficiencia energética de 16 de las mayores economías del mundo. Estados Unidos aparece en el número 13 y México en el último. El Consejo Estadounidense por una Economía de Energía Eficiente (ACEEE, en inglés), una organización sin fines de lucro, considera la ineficiencia «una tremenda pérdida» de recursos y dinero.
La economía de 'comprar, usar y tirar' está viviendo sus últimos días. Europa avanza hacia una economía circular de «comprar, usar, reciclar y reutilizar' en la que los objetos usados se conviertan en materia prima, se reduzcan las emisiones a la atmósfera y se creen empleos verdes.
El coste ambiental del plástico que utilizan las empresas de bienes de consumo asciende a más de 75.000 millones de dólares anuales, según un informe de la ONU. El cálculo se basa en el coste de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por la producción y el impacto de la basura sobre la vida silvestre y los ecosistemas, especialmente en los océanos.
Con el comienzo este viernes de la segunda cumbre mundial de la Organización Global de Legisladores para el Equilibrio Ambiental (Globe International) queda claro que se necesita un nuevo acuerdo mundial para frenar el cambio climático.
Año tras año, el mundo es testigo del impacto acelerado del cambio climático, desde sequías más largas e intensas, pasando por tormentas más fuertes, hasta la elevación del nivel del mar.
Sudáfrica intenta frenar sus emisiones de gases de efecto invernadero y para eso quiere poner un impuesto al dióxido de carbono (CO2) que los grandes contaminadores arrojan a la atmósfera.
La transición hacia una economía baja en carbono será más fácil para Sudáfrica –que ocupa el lugar 12 en volúmenes de CO2— si las empresas que contaminan pagan por la cantidad de gas que emiten.