El clamor de los pueblos indígenas por el reconocimiento de sus tierras ancestrales ha resonado entre los cónclaves de los delegados de los 195 países que asisten a la COP 20. «Quiero mi territorio... ahí vivo, ahí como, ahí están mis santos abuelos», grita llena de rabia la asháninka Diana Ríos. La joven de 21 años es la hija de Jorge Ríos, un líder indígena que fue asesinado en septiembre por defender los bosques de su comunidad Alto Tamaya-Saweto en la región Ucayali de la selva peruana.