El mundo no puede esperar más para controlar un contaminante tan importante como el mercurio que amenaza los derechos humanos. El Relator Especial de la ONU sobre los derechos humanos y las sustancias tóxicas, Baskut Tuncak, insta a los gobiernos de todo el mundo a que ratifiquen la la Convención de Minamata sobre el Mercurio, un tratado mundial para proteger la salud humana y el medio ambiente de sus efectos adversos.
América Latina no se toma en serio el acuerdo para limitar las emisiones de mercurio: el peligroso metal sigue suelto en la explotación artesanal de oro y de combustibles fósiles y es objeto de contrabando.
La Unión Europea prohibió la exportación de mercurio en 2011, y Estados Unidos lo hizo en 2013, lo que disparó el comercio dentro de América Latina.