CIES
Un edificio amarillo con persianas que ciegan las ventanas

El Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y los Tratos Inhumanos o Degradantes ha publicado hoy su informe sobre el trato a los inmigrantes irregulares interceptados en Melilla. También evalúa la forma en que las autoridades españolas han cumplido las recomendaciones anteriores sobre el tratamiento de los extranjeros en los centros de detención (CIES) de Barcelona (Zona Franca) y Madrid (Aluche).

Los policías de espaldas en la sala del juicio

Tras los muros de los ocho CIE que hay en el país los inmigrantes son víctimas de abusos y malos tratos frecuentes por parte de la policía nacional encargada de su custodia, según alertan organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos, que critican las trabas en la investigación de las denuncias y la impunidad ante los delitos.

Dibujo, unas manos se agarran a una alambrada con pinchos

Desde hace veinte años, el confinamiento de migrantes y demandantes de asilo no cesa de aumentar en la Unión Europea y sus fronteras meridional y oriental. Entre 2002 y 2012, el número de lugares de confinamiento censado por el observatorio de las fronteras Migreurop en los países de la UE y en sus fronteras ha pasado de 324 a 473. Cada año cerca de 600.000 personas extranjeras son privadas de libertad en el territorio de la UE con fines de «gestión migratoria».

Una mano se agarra a la alambrada de concertinas

Ha sido uno de los saltos más numerosos de los últimos años. Ha tenido lugar sobre las seis de la mañana en la zona cercana al Barrio Chino. Según el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, «la presión era muy fuerte, un trozo de la valla exterior ha sido derribado».

Inmigrantes y policías

«Caminamos dentro de un espacio en el que podemos dar 128 pasos a lo largo y siete y medio a lo ancho. Este es el camino que nos han marcado: dos metros de rejas y, sobre ellas, dos metros de acrílico. Somos como canarios dentro de una jaula», dice el africano Ahmed, quien vive en Italia desde hace 22 años.

CIE Capuchinos en Málaga

«Es igual que una cárcel. Un día allí son como 100 años», dice la nigeriana Jennifer, de 35 años, refiriéndose a lo que tuvo que soportar su tía en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Málaga, antes de ser deportada. Quizá sea peor que una cárcel.

Un joven camina por el campo

Mientras la implacable guerra en Siria sigue engrosando las filas de los refugiados que se dirigen a Europa, Grecia se está convirtiendo rápidamente en una puerta de entrada que es preferible evitar. La mayoría de los sirios y otros refugiados que huyen de sus países intentan alcanzar el norte de Europa por diferentes rutas. Y los terribles Balcanes son una de esas alternativas.