Un atentado suicida acabó este viernes 20 con un período de frágil calma en el dividido Líbano, que teme que los conflictos en Siria e Iraq repercutan en toda la región, a la vez que facciones yihadistas lideran una insurrección sunita contra el gobierno de Iraq dominado por los chiítas.
Funcionarios de Bahrein anunciaron que habían frustrado «un intento de hacer ingresar al país, de contrabando y por mar, explosivos y armas, algunas fabricadas en Irán y Siria». El gobierno también aseguró que había desactivado un coche bomba y confiscado armamento en diferentes puntos del país.