«Cada cierre se convierte en una tortura porque los otros ya no están aquí. Pasar la noche en medio del insomnio, llamando a los que desaparecieron, preguntándose, ¿qué habrían hecho Charb, Cabu, Honoré, Tignous ? Es agotador». Esas palabras pertenecen a la entrevista que Luz ha concedido al diario Libération, que da asilo en sus locales a los restos de la redacción de Charlie Hebdo desde la matanza de enero.
El Movimiento Europeo (CFEME, según las siglas de su rama española) me había pedido un artículo «sobre la libertad de expresión como valor europeo en relación con los atentados de Charlie Hebdo y tras la unión que se vio al respecto entre los dirigentes de los 28 estados miembros». Basándome en esas dos ideas, envié el texto el 26 de marzo, fecha límite que me habían marcado. Lo titulé «Europa: la libertad de expresión, entre la hipocresía y la rutina».
A raíz del atentado contra el semanario francés Charlie Hebdo Francia y otros países libran una encendida batalla en el campo de la opinión sobre la libertad de expresión y los derechos de los medios de comunicación y de la población. Por un lado están quienes dicen que la libertad de expresión es un derecho humano intrínseco y un pilar de la democracia, y por el otro los representantes de toda una gama de puntos de vista, que incluye la opinión de que la libertad implica responsabilidades para todos los sectores de la sociedad.
«Il est cinq heures/ Paris s'éveille/ Paris s'éveille/ Les journaux sont imprimés/ Les ouvriers sont déprimés». decía la canción de Jacques Dutronc. Parece que a esa hora alguna gente ya hacía cola. Y poco después de las siete de la mañana, cuando nosotros llegamos al quiosco, nada de nada. Charlie Hebdo está agotado en los 27.000 puntos de venta de prensa de Francia. Otras varias publicaciones impresas también.
«No vamos a ceder», prometió Richard Balka, abogado y colaborador de Charlie Hebdo hace una semana; y no lo han hecho. El semanario satírico vuelve este miércoles a los kioscos. Mahoma protagoniza otra vez una portada, en una nueva reivindicación del derecho a la libertad de expresión, mientras los países europeos se blindan frente a la amenaza terrorista.
El atentado contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo ha dirigido el interés mediático y social sobre determinados temas, entre otros, la libertad de expresión. Bernard Maris, Jean Cabut (Cabu), Stephane Charbonnier (Charb), Bernard Verlhac (Tignous), Elsa Cayat, Moustapha Ourrad y Philippe Honoré son los ochos periodistas (dibujantes algunos de ellos) asesinados en París que abren las estadísticas del año 2015 sobre el peligro de la profesión, añadiendo a la lista un país, Francia, ajeno a estos índices.
Han sido 3 días de horror y un estado de guerra. Entre el miércoles 7 y el viernes 9 de enero, la situación y el estado de ánimo de Francia han cambiado para siempre. Tras el choque, la ira y la emoción, llega hoy el momento del recogimiento y del duelo. En efecto, Francia marcha hoy contra el terror. Está claro que habrá un antes y un después.