Los cazadores de ballenas rorcuales comunes de Islandia se han encontrado el último año con un creciente rechazo a su actividad. Pero pese a ello, los balleneros zarparon otra vez a mediados de junio para su primera cacería del verano. El 14 de este mes ya habían capturado 80 ejemplares. Lo que sucede con estas ballenas (Balaenoptera physalus) una vez que llegan a Islandia es en parte un misterio.
Ante la necesidad de capturar los satélites en desuso que vagan por las órbitas más importantes, la ESA está considerando volver a utilizar una tecnología primitiva: el arpón. Un artefacto que se utiliza desde la Edad de Piedra, para pescar pequeños peces o para cazar ballenas, y ahora se está estudiando si también serviría para capturar sistemas espaciales a la deriva. Si tienen ideas para limpiar el espacio pueden presentarlos a la convocatoria que acaba de iniciar la ESA.
«¿Sabes quién pesca tus mariscos?». Carteles con esta inscripción han comenzado a aparecer en autobuses, trenes y otros medios de transporte en la ciudad de Boston. Son parte de una campaña organizada por una coalición de organizaciones ambientalistas de ese país llamada Whales Need Us (Las ballenas nos necesitan), destinada a llamar la atención sobre los vínculos entre los balleneros islandeses y los productos del mar que se venden en Estados Unidos.