Este viernes ha sido un día políticamente intenso. A primera hora de la mañana el Reino Unido y Europa respiraban tranquilos tras conocerse que los escoceses no se separarían de Londres. Horas después Alex Salmond, el líder independentista que ha mantenido en vilo a las capitales europeas, ha anunciado que dimitía para facilitar «un nuevo liderazgo» en las futuras negociaciones con el gobierno británico. Unos minutos antes el expresidente francés, Nicolas Sarkozy, anunciaba que volvía a la política «por su inmenso amor por Francia» y porque «merece otra oportunidad».
Los líderes europeos se han levantado hoy con la resaca del referéndum escocés que rechazó la independencia con un 55% de los votos. El presidente Barroso se ha felicitado por el resultado, porque es «bueno para una Europa unida, abierta y más fuerte». Por su parte, el presidente de la Eurocámara Martin Schulz ha asegurado esta mañana en la prensa alemana que está «aliviado» por el resultado de la consulta.
Con una diferencia de 10 puntos, la mayoría de escoceses, un 55%, ha preferido continuar con el matrimonio de más de 300 años con el Reino Unido. Por plazas destacadas, Glasgow se decanta por la opción independentista, mientras que Edimburgo por la unión. El «Sí» solo se ha impuesto en cuatro de los 32 condados electorales y con mayorías inferiores a las circunscripciones donde ha ganado el «No». Londres celebra con alivio la victoria y Salmond reconoce su derrota, felicitando a los escoceses por su masiva participación, cercana al 85%.