Cuando la Comisión Europea anuncie su nueva estrategia digital el 6 de mayo, habrá hecho una elección decisiva entre dos enfoques muy diferentes en lo que concierne a Internet. ¿Elegirá un camino impulsado por el mercado y de cara al futuro? ¿U optará por una opción defensiva, retrógrada e insular?
ła Comisión Europea ha presentado sus planes detallados para la realización de una de sus principales prioridades, un mercado único digital. El objetivo es derribar los muros de las diferentes reglamentaciones y, pasar de 28 mercados nacionales a un mercado único digital plenamente funcional que podría aportar 415 000 millones de euros al año a la economía europea y crear centenares de miles de nuevos puestos de trabajo.
El comercio electrónico no hace más que aumentar y, sin embargo, las ventas entre los diferentes países de la UE no progresan al mismo ritmo. La UE se pregunta si esto podría deberse a manipulaciones de algunas empresas o es un fenómeno natural ocasionado por las barreras lingüísticas, las preferencias de los consumidores y las diferencias legislativas entre los Estados miembros.
Según un informe publicado por la oficina europea de estadística, Eurostat, el 65% de los ciudadanos de entre 16 y 74 años de la Unión Europea de los 28 usa Internet a diario. Un dato que revela la penetración que Internet tiene entre la población europea, ya que la cifra en el año 2006 era de tan solo el 31%.
Las nuevas tecnologías nos ofrecen esta vez la posibilidad de viajar hasta la Antigüedad clásica para descubrir sus secretos. La exposición virtual «Keys to Rome» (#K2R), financiada por la UE con 4,45 millones de euros, inaugurada el 23 se septiembre (aniversario de la muerte del emperador Julio César Augusto) se podrá ver simultáneamente en Roma, Ámsterdam, Sarajevo y Alejandría hasta mayo de 2015. La muestra ofrece imágenes, películas, instalaciones interactivas, programas multimedia y aplicaciones móviles.
La start-up Traity permite comprobar la reputación online de los usuarios gracias a la integración de perfiles y a través de las opiniones recibidas en diferentes plataformas online. Muchas de las relaciones que entablamos en la actualidad ya sean personales, profesionales, comerciales o de cualquier otra índole comienzan a través de las nuevas tecnologías que permiten estar conectados pero plantean problemas de confianza.