Cada presidencia está marcada por algún hecho puntual, casi siempre una crisis, esta cuarta presidencia española será recordada por la crisis financiera, que para Diego López Garrido, Secretario de Estado español para la Unión Europea, no ha sido una sino varias. Empezó como una crisis financiera, de ahí pasó a ser una crisis productiva con altísimos índices de desempleo para terminar siendo una crisis de la deuda soberana. Cada una de esas crisis se ha ido mezclando con las otras hasta formar un complicado tejido que exige una respuesta europea y esta debe ser «una auténtica Unión Económica Europea con una estrategia acorde a sus valores». Simultáneamente, España sufre su propia crisis.
Ese salto hacia la Unión económica plantea un nuevo e importante debate. A juicio de López Garrido, la crisis ha puesto de relieve la falta de una referencia económica fuerte europea que ha hecho que los mercados se le hayan echado encima. Se han tomado lo que el Secretario de Estado llama dos clases de medidas: las defensivas y las ofensivas. Entre las primeras se ha dejado claro que Europa va a defender su unidad, se tomó la decisión de ayudar a Grecia, tarde y a regañadientes, pero se hizo. Fue una decisión sin precedentes en la Unión y este mismo lunes se ha determinado un Fondo para que ningún Estado miembro entre en bancarrota. Una medida que posiblemente no se utilice nunca, pero que es un blindaje, un aviso a los mercados de que la UE ayudará a aquellos países que estén en dificultad.
Esta crisis cierra una era «se ha terminado el endeudamiento continuo de los países y abre el debate sobre la nueva forma de financiarse». Durante años ha habido un chorro de dinero que prestaban las entidades financieras a los Estados, que en algunos casos llegó hasta el 10 % del PIB. Esa forma de endeudamiento continuo ya no puede continuar y ahora hay que pensar en otro sistema de endeudamiento, como los grandes tributos. Impuestos sobre el carbono o sobre la banca, por ejemplo.
A su juicio, los proyecto de Europa y del euro están en juego y dependen de cómo se aborden los tres frentes fundamentales que se han trabajado durante la presidencia española: el proyecto económico, el estatuto de la ciudadanía europea y la política exterior.