«La puerta sigue abierta» para España e Italia ha dicho el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier. «Personalmente, espero y confío en que un día tendremos una patente para toda la Unión», ha añadido. España e Italia podrán validarla cuando decidan.
El nuevo sistema otorgará protección automática a una invención en todos los países que lo integran, reduciendo el coste para las empresas. Además facilita la resolución de litigios, y mejora las condiciones para las empresas innovadoras al suprimir las «fronteras nacionales».
La Comisión europea calcula que el coste se reducirá de los 32.000 euros actuales hasta 6.500 euros en el periodo transitorio y unos 5.000 cuando finalice el proceso. Si España e Italia quisieran adherirse la patente costará unos 3.000 euros más.
España e Italia decidieron no participar en la patente europea al considerar que se discriminaba al español y al italiano, ya que la patente se tramitará solamente en inglés, francés y alemán. La normativa se ha aprobado finalmente bajo el procedimiento de cooperación reforzada, que permite a los Estados que lo deseen avanzar en una política, mientras que otros pueden quedar al margen aunque se pueden adherir en cualquier momento.
Además se ha creado el Tribunal Europeo de Patentes que tendrá su sede en París, con dos salas especializadas en Londres (productos químicos y fármacos) y en Munich (ingeniería mecánica).