El informe, que se ha publicado hace unos días, dice también que los últimos siete años han mostrado un notable deterioro en los niveles de la paz.
Islandia encabeza el índice un año más, seguida por Dinamarca y Austria. Una característica que define a los diez primeros países de este ranking es que son relativamente pequeños y democracias estables. Rompen la tendencia del tamaño Nueva Zelanda, en la cuarta posición, y Canadá, en la séptima. Suiza, Finlandia, Japón, Bélgica y Noruega completan las diez primeras posiciones. Europa es la región más tranquila, con 14 de los 20 países más pacíficos, mientras que la más conflictiva es el sur de Asia (donde se incluye Afganistán).
Siria sustituye a Afganistán como el país más conflictivo del mundo. Mientras, el joven Sudán del Sur experimentó la mayor caída en el Índice Global de Paz, 16 puestos para ocupar el 160 de 162. En Egipto, Ucrania y la República Centroafricana también se han registrado importantes deterioros. Por otro lado, América Latina es la región más violenta del mundo en términos de delincuencia. Con una tendencia contraria, Georgia, Costa de Marfil y Libia han logrado las mayores mejoras en la paz desde el año pasado. Una característica común en todos estos Estados es que la estabilidad política mejora a pesar del conflicto, subraya el informe.
«No podemos ser complacientes con los obstáculos institucionales para la paz: nuestra investigación muestra que la paz tiene pocas posibilidades de florecer sin bases profundas. Éste es un llamamiento de atención a los gobiernos, agencias de desarrollo, inversiones y a la comunidad internacional en general; construir la paz es un pre-requisito para el desarrollo económico y social», ha indicado el director y fundador de IEP, Steve Killelea.
El extenso análisis de más de cien páginas apunta a un uso menos generalizado de la represión estatal en la escala global, lo que se califica como «un buen augurio para la progresiva consolidación de las instituciones democráticas en algunos de los Estados más frágiles del mundo». Otras de las cifras que destacan los autores es que 500 millones de personas viven en países con riesgo de inestabilidad y conflicto, 200 millones de los cuales lo hacen por debajo del umbral de la pobreza. Por último, este índice confirma que el número de personas refugiadas y desplazadas aumentó durante el pasado año.
Como puntos calientes a los que hay que estar atentos en el futuro, el Instituto para la Economía y la Paz marca las dos Coreas, la creciente asertividad militar de China en la región Asia-Pacífico y la posibilidad de que la disputa entre Rusia y Ucrania se convierta en un conflicto abierto.
España destaca en exportación armamentística
Una novedad de la edición de 2014 es el análisis actualizado de los efectos económicos de la violencia, valorado en 1.350 dólares por persona, lo que equivale al 11,3 por ciento del PIB mundial o dos veces el tamaño de la economía de toda África.
Sobre el mercado armamentístico, alerta de que el flujo de armas rusas a Oriente Medio y Asia-Pacífico continúa creciendo. En este apartado es donde aparece el nombre de España (que ocupa el puesto 26 por detrás de Singapur y por delante de Taiwán), al ser uno de los seis países (junto con Estados Unidos, Rusia, China, Alemania e Israel) que representaron más del 75 por ciento del aumento de las exportaciones de armas el año pasado. España también aparece asociado a la inestabilidad política debida a las políticas de austeridad.
Una tendencia positiva ha sido la disminución de las capacidades de las armas nucleares, aunque esta mejoría está en peligro «si hay un mayor impulso para el rearme entre los países de la OTAN, como resultado de la agresión rusa».
Éste es el octavo año que se realiza el Índice de Paz Global, que clasifica a 162 estados independientes (el 99,6 por ciento de la población mundial); está formado por 22 indicadores cualitativos y cuantitativos que miden el nivel de seguridad y protección en la sociedad, el grado de conflicto interno o internacional y la militarización. Desde 2008, los niveles de paz se han deteriorado en 111 países, mientras que sólo en 51 han mejorado.