El estudio de la capa de ozono recibe fondos del proyecto RECONCILE de la UE, 3,5 millones de euros que permiten que dieciseis instituciones de investigación de ocho Estados miembros y más de treinta estaciones de sondeo de ozono situadas en las zonas ártica y subártica hayan hecho un seguimiento. Participan dos instituciones españolas: el Instituto español de Técnica Aeroespacial (INTA) y la Agencia Española de meteorología (Aemet). El objetivo es comprender los detalles de la compleja relación que existe entre el cambio climático y la capa de ozono.
Durante las últimas semanas los científicos del programa han encontrado que se ha destruído cerca de la mitad del ozono sobre el Ártico «Calculamos que este descenso no se detendrá puesto que las condiciones que han provocado esta reducción rápida del ozono persistirán» ha dicho el Dr. Markus Rex del Instituto alemán Alfred Wegener.
La reducción de la capa de ozono se produce por la descomposición de clorofluorocarbonos (CFCs). En condiciones especiales, como ha sucedido ahora, con un frío extremo en la estratosfera de la región ártica compuestos clorados de procedencia industrial destruyen el ozono dejando pasar los rayos ultravioleta solares. Cuando cambian las condiciones, el ozono se recupera.
La buena noticia es que durante la segunda mitad de este siglo se dejará de destruir ozono en grandes cantidades. El protocolo de Montreal, un tratado de la ONU adoptado en 1987, prohibió la producción de CFCs en todo el mundo, pero los que se han emitido a la atmósfera hasta ese momento tardan decenios en desaparecer. La capa de ozono terminará recuperándose, pero hasta entonces en el Ártico depende de la temperatura a una distancia muy pequeña, unos 20 kilómetros, el agujero de la capa de ozono está muy ligado al clima de la Tierra.