Qutshan sufría una rara enfermedad que le obstruía las arterias. Sin ayuda posible en Gaza,le aconsejaron que buscara tratamiento en un hospital de Cisjordania. Pero para trasladarse hasta allí debía solicitar autorización a Israel, la fuerza ocupante, y fue rechazado en varias ocasiones.
Finalmente se le permitió el traslado gracias a la intervención del Centro Palestino para los Derechos Humanos en Gaza. Pero al llegar al hospital cisjordano le dijeron que necesitaría tratamiento en el hospital israelí de Tel Hashomer. Logró conseguir pasaje y admisión en ese centro de salud, y se sometió a una operación que tuvo éxito.
Entonces, los médicos le dijeron que debía volver regularmente para completar el tratamiento, pero las autoridades de Israel le exigieron algo a cambio.
«Su teléfono sonó cuando estaba sentado a mi lado, y sus expresiones comenzaron a cambiar. Abruptamente cortó la conversación y apagó su teléfono», recuerda su madre, Zeina al Qutshan. «después me dijo que la llamada era de un oficial de los servicios de inteligencia israelíes que le ofreció un permiso para volver al hospital a cambio de que trabajara para Israel como espía en Gaza».
Zeina cuenta que su hijo se negó a colaborar. Poco después, murió.
Viajar a hospitales israelíes se ha vuelto una trampa para muchos pacientes palestinos, que son extorsionados de la misma forma, dice el abogado Ahlam Al-Aqra, del Centro Palestino para los Derechos Humanos en Gaza.
«Muchos de los que necesitan atravesar los puestos de control son o arrestados o presionados para que trabajen como espías. Esto va en contra de los derechos humanos básicos, y debe terminar», afirma.
La organización ha documentado varios casos de arrestos y extorsiones a pacientes gazatíes que necesitan cruzar el puesto de Erez (entre Gaza e Israel), así como de acosos a sus familias o acompañantes.
La cantidad de pacientes gazatíes detenidos y llevados a cárceles israelíes se ha incrementado, según el Ministerio de Prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina. El número total de prisioneros y detenidos políticos palestinos en Israel llega a 4.800, y al menos una cuarta parte de ellos necesitan atención médica.
Eslam Abdo, portavoz del Ministerio, da más detalles: «En total, 170 prisioneros necesitan cirugía,23 tienen cáncer y 45 sufren de alguna discapacidad y necesitan ayuda para trasladarse. Dieciocho cumplen condena en una clínica penitenciaria de (la ciudad cisjordana de) Ramalá debido a su crítica situación de salud».
Más de 1,5 millones de personas viven en la franja de Gaza, de 360 kilómetros cuadrados. Como consecuencia del bloqueo impuesto por Israel, el territorio sufre una aguda escasez de suministros, equipos y personal de salud.
Los pocos sanatorios gazatíes no pueden atender a todas las necesidades médicas, y constantemente derivan casos a Cisjordania e Israel dependiendo de los permisos que concedan las Fuerzas Armadas del Estado judío, que controlan el puesto de Erez.
El sistema de salud en Cisjordania se encuentra en mejor situación, pero solo los hospitales israelíes están plenamente equipados.
El ejército de Israel detuvo a Mahmould Shamlakh cuando se dirigía a un hospital de ese país. «Después de obtener todos los permisos requeridos, acompañé a mi esposa para que recibiera tratamiento en Cisjordania», nos explica.
«Enviaron a mi esposa de regreso a Gaza y me tuvieron detenido durante nueve meses en cárceles israelíes bajo duras condiciones y sin ningún motivo», agrega.
La organización Physicians for Human Rights-Israel (PHR Israel) ha condenado estas políticas del Estado judío contra los pacientes palestinos.
Los activistas ya habían «exhortado en el pasado a las autoridades de seguridad israelíes a que dejaran de manipular las necesidades humanitarias más básicas de los pacientes de Gaza como medio para coaccionarlos a ellos y a sus familias», informa el grupo en una declaración.
«Esta práctica de arrestar a pacientes o a personas que los acompañan después de otorgarles permisos y darles paso libre a través de Erez constituye un trato cruel e inhumano, y PHR Israel lo condenay objeta con vehemencia», añade.
En los últimos tres años, se han derivado 13.000 casos para tratamiento urgente en hospitales israelíes o cisjordanos, según el Ministerio de Salud palestino.
El bloqueo de Gaza, sumado al cierre del puesto de Rafah, fronterizo con Egipto, hace prever que el número crecerá en los próximos meses.