El ministro español de Economía, Luis de Guindos, ha explicado este lunes a sus colegas europeos las medidas adoptadas para sanear al sector bancario y la nacionalización parcial de Bankia y la respuesta ha sido un claro respaldo a esas reformas «con el fin de aumentar la confianza de los inversores».
El añadido lo anunciaba el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, al afirmar: «Instamos a las autoridades españolas a acelerar la valoración externa de la situación del sector bancario y a dar los pasos necesarios para crear mecanismos de ayuda creíbles para el caso de que fueran necesarias. La rapidez es esencial en la actual situación». Juncker no ha querido pronunciarse sobre la posibilidad de que España tenga que pedir ayudas al fondo de estabilidad europeo y ha dicho que cree que «el gobierno español hará lo que se tiene que hacer».
La reunión del Eurogrupo había comenzado con la noticia de que la prima de riesgo española tocaba un nuevo techo al alcanzar los 492 puntos, aunque terminó la jornada en 477. De Guindos se apresuraba a decir desde Bruselas que la situación en Grecia era la causa de la inestabilidad de los mercados. Por la noche, Juncker venía a desmentirle y señalaba que «Grecia no es el origen de todos los problemas... La nuestra es una responsabilidad común».
Lo cierto es que si la reforma financiera española no ha calmado incertidumbres de los inversores, la falta de gobierno en Grecia ha repercutido negativamente en todos los mercados europeos, mientras cobra cada vez más fuerza de que el país tendrá que abandonar la eurozona.
El Eurogrupo ha debatido la nueva situación política creada en Atenas tras las elecciones y las escasas posibilidades de formar un ejecutivo estable en el país. El mensaje que sale de Bruselas es conciliador. Juncker ha afirmado que «no preveo, ni por un segundo, que Grecia deje la eurozona». El presidente del Eurogrupo que las especulaciones sobre su salida del euro son «propaganda».
El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha respaldado la postura oficial de los ministros y ha dicho que «queremos claramente que Grecia permanezca en el euro y que vuelva a la senda del crecimiento económico». Pero Rehn ha añadido la coletilla habitual de que la solidaridad es un camino de ida y vuelta y Grecia tiene que cumplir los compromisos adquiridos.