Hace menos de dos años y solo en materia de impuestos, España figuraba en sexta posición con casi 50 euros por MWh, frente a los 39 euros de media europea, sólo superada por Dinamarca (90 euros por MWh), Suecia (73 euros), Alemania (63 euros), Holanda (52 euros) y Noruega (59 euros).
Por aquel entonces, el estudio de Eurelectric, la Asociación de la Industria Eléctrica en Europa, afirmaba que «los impuestos y cargos -que incluyen el coste de las políticas de la Administración- representaban el 50% del precio final del recibo eléctrico español en el hogar», situando los precios por encima de la media europea en un estudio que analizaba la situación en 27 países europeos
Eurelectric acaba de hacer público una actualización de este mismo estudio con datos de 2014 y la situación para España no ha hecho otra cosa que aumentar. En concreto, hasta el 60% del importe de la factura eléctrica corresponde a costes directamente ajenos a la luz, como son las primas a las energías renovables, los impuestos, el carbón nacional, el déficit de tarifa, las extrapeninsulares, etc... Mientras que el 40% restante corresponde a la generación, el transporte y la distribución eléctrica.
Este porcentaje no hace otra cosa que situar a España en el tercer país de la Unión Europea con uno de los mayores costes de políticas públicas, impuestos y cargas en el recibo de la luz. Un incremento que ha pasado en solo una década de suponer el 32% de cada recibo para pagar dichos sobrecostes, hasta el 60% actual.
Solo en 2014, se recaudaron casi 8.000 millones de euros por dos impuestos indirectos, el impuesto especial sobre electricidad y el IVA, este último del 21%, es tres puntos superior a la media de la Unión Europea (18%).
¿Cuánta luz se paga en España?
Según datos de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (UNESA), alrededor de 17,7 millones de consumidores domésticos eléctricos o lo que es lo mismo, el 65% del total en España, pagaron alrededor de 46 euros al mes en su factura eléctrica en 2014. Y en concreto, 11,7 millones de consumidores con una potencia contratada inferior a 10 kW, el equivalente al 43% del total de los contratos, pagaron en su recibo alrededor de 33 euros mensuales, y otros 6 millones abonaron entre 33 y 46 euros al mes por el gasto en electricidad.
En la otra cara de moneda, el 12,5% del total de los españoles (3,4 millones) pagó recibos que osciló entre los 46 y los 58 euros. Por su parte, 800.000 consumidores se movieron entre los 67 a los 75 euros y, los más caros, 2,9 millones de consumidores o lo que es lo mismo el 10,7% del total de consumidores, llegaron a superar los 75 euros mensuales de recibo eléctrico.
Fijémonos en el siguiente caso práctico: un hogar medio que pague entre 45 y 55 euros al mes en electricidad e interpretemos su recibo de la luz. El 20% del mismo, unos 10 euros, corresponden solamente a la energía misma. Un 4,4%, alrededor de unos 2 euros costea el transporte de la misma y el 13,6%, o sea 7 euros, la distribución, de acuerdo con los cálculos de UNESA. En una factura de 51 euros, 11,8 es para las subvenciones a las energías renovables y 5 euros, el 9,6% del total, se destina a amortizar la deuda contraída. En las subvenciones, los consumidores pagan unos 7.000 millones para las primas a las energías verdes.
Y seguimos descifrando el enigma. Otros 11 euros irían a parar a impuestos, estos incluyen el 18% de IVA y el 5,113% sobre la electricidad. También 4,5 euros, entre el 8 y el 9%, para cubrir otros costes como pueden ser la moratoria nuclear, la gestión de residuos radioactivos, la capacidad del ciclo combinado, el bono social, las ayudas al carbón o la compensación extrapeninsular. La Comisión Nacional de la Energía (CNE) también se financia a través de un porcentaje de cada factura.
¿Qué electrodomésticos gastan más luz?
Sin duda, el frigorífico es el electrodoméstico que más gasta ya que llega hasta el 18% del consumo eléctrico en un hogar medio y por ello, la Organización de Consumidores recomienda que se tenga mucho cuidado a la hora de comprar uno de estos aparatos. Los aislantes son importantes ya que por ahí se pierde casi tres partes del frío, también la etiqueta de calificación energética, no dejárselo abierto, no tener un frigorífico casi vacío o colocar comida aún caliente y mantener una correcta temperatura. Son precauciones para no hacerle trabajar más y, por tanto, que tenga un mayor gasto.
Por ejemplo, la diferencia entre una nevera con calificación 'A' y una con 'A+++', es que la segunda consume un 60% menos, esto puede suponer un ahorro de unos 60 euros anuales o lo que es lo mismo, el 10% de la factura de la luz de un hogar medio.
Las luces LED suponen un ahorro eléctrico importante. Obviamente aprovechar la luz solar siempre es la mejor solución, pero las bombillas de bajo consumo en sustitución de las bombillas incandescentes reportan un ahorro de euros al finalizar el año en consumo eléctrico. Pese a que son más caras, las luces LED tienen una vida útil mucho más duradera, por lo tanto se trata de una inversión a tener en cuenta. Pueden llegar hasta las 5.000 horas de vida y el 98% de la energía que usan es transformada en luz, mientras que las bombillas «normales» solo utilizan el 5%. Por ejemplo, si hablamos directamente en gasto en euros, una bombilla incandescente de 50W encendida 5 horas diarias durante 30 días al año gastaría más de 12 euros. Un tubo fluorescente de 36W, 9,36 euros y una bombilla LED de 4W, 0,82 euros, según datos de los fabricantes de aparatos de iluminación.
Por último otro de los electrodomésticos estrella y de más uso en los hogares, la televisión. Pese a lo que pueda parecer, apenas representan el 10% del consumo eléctrico de las familias, según datos facilitados por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía. Cabe tener en cuenta el consumo fantasma de las televisiones, o lo que es lo mismo esos pilotos de modo en espera de televisiones, equipos de música y cargadores, suponen un 2,2% del gasto total de luz al año y tenerlos apagados supone también un ahorro de aproximadamente 13 euros anuales. Y para aquellos que más cocinan, deben saber que el uso del microondas supone un gasto de hasta un 70% menos que la utilización del horno.