«España entiende que una patente europea futura no se puede fundamentar sobre la discriminación lingüística. El español es una gran lengua europea y las empresas españolas, los innovadores españoles, los patentadores, no pueden verse discriminados por razón de la lengua», ha dicho el Secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido.
El acuerdo fue adoptado por los ministros europeos de Competitividad mediante la fórmula de cooperación reforzada, excluyendo a España e Italia, que han reclamado que las patentes se puedan presentar en sus respectivos idiomas. El acuerdo prevé que estos dos países se sumen cuando quieran.
El objetivo es que las invenciones europeas sean válidas en los 27 países de la Unión con un solo trámite europeo y no 27 nacionales. Se estima que la patente única reducirá los costes desde los 32.000 euros actuales a 3.000 euros.
El proyecto aprobado prevé que la nueva patente pueda presentarse en cualquier idioma, aunque se examinarán y concederán en inglés, francés y alemán. Quienes presenten la solicitud en otro idioma, podrán recuperar lo gastado en la traducción.
López Garrido ha anunciado el recurso español en Bruselas, donde los ministros van a estudiar otro de los aspectos polémicos de la patente única: la creación de una Corte de patentes. El Tribunal de Justicia de la UE ya dictaminó que el sistema previsto para resolver los litigios es incompatible con el derecho comunitario.