El comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dijo este lunes en Madrid que la Comisión Europea está preparada para atender la petición de ayuda financiera de España, pero aclaró que no existe esa solicitud. Sin embargo, sus palabras sonaron como un empujón al gobierno español para que tome la decisión. Incluso se refirió a la condicionalidad del programa de ayuda y señaló que sería la ya conocida, acordada por los 27 en su reunión de junio.
En España, se ha especulado con la posibilidad de que Rajoy estuviera retrasando la petición confiado en que los mercados relajaran la presión y a la espera de las elecciones autonómicas en Galicia y en el País Vasco. Sin embargo, la agencia Reuters, citando varias fuentes europeas, asegura que la situación ha dado un nuevo giro y que España podría pedir el rescate antes del fin de semana.
El obstáculo es Alemania. El gobierno de Merkel necesita la aprobación del parlamento para acceder a cualquier ayuda del Mecanismo de Estabilidad europeo y preferiría, para evitar un excesivo desgaste, llevar juntos al Bundestag los posibles casos de ayuda a España, Grecia y Chipre.
Berlín, evidentemente, niega presiones en cualquier sentido y Madrid insiste en que la decisión no está tomada, a la espera de acontecimientos. Según algunas fuentes, el riesgo que ve el gobierno español es que Alemania, para ganarse el apoyo de la oposición y de su opinión pública, exija nuevas condiciones a España para acceder al crédito europeo.
En Bruselas consideran que el rescate español es necesario para relajar las tensiones sobre la deuda soberana y evitar el contagio a Italia y otros países de la eurozona.