Todavía queda un largo camino por recorrer para conocer el verdadero alcance tecnológico de todos los componentes de los coches eléctricos. Mejorar la vida útil, eliminar fallos, y lograr unos motores tan potentes como los de los coches de gasoil y gasolina son algunos de los retos que plantea esta nueva tecnología. El proyecto europeo HEMIS, investiga desde su sede de San Sebastián cómo impulsar el vehículo eléctrico, consiguiendo una tecnología más eficiente, fiable, segura, asequible y fácil de mantener. Su investigación ha sido elegida «proyecto del mes» de junio por la Iniciativa Europea de de los Vehículos Verdes.
Con la participación de España, Finlandia, Gran Bretaña e Italia, la principal línea de investigación, es estudiar cómo el tren de tracción, una de las piezas de los motores eléctricos, se va degradando con el paso del tiempo. Gracias a un complejo software, pueden evaluar de forma detallada el grado de fiabilidad de los motores eléctricos. De esta manera, consiguen calcular cuánto tiempo cabe esperar que el tren de tracción siga funcionando en condiciones óptimas, y pueden predecir qué componente fallará primero. «Significa que el propietario será capaz de planificar el mantenimiento óptimo del vehículo», aseguran desde el proyecto HEMIS.
Tal como explican los responsables del proyecto, una vez desarrollada la tecnología será posible incorporar sistemas capaces de predecir el estado de cada componente en todo momento, lo que a su juicio servirá para reducir los costes de mantenimiento. Consideran que esto permite, además, mejorar la seguridad de estos vehículos. «Los coches eléctricos necesitan avanzar en lo que se refiere a motores más eficientes y ligeros», explican desde el CEIT (Centro de Estudios e Investigaciones Técnicas), vinculado a la Universidad de Navarra, y uno de los principales impulsores del proyecto.
El proyecto HEMIS tiene además un segundo objetivo añadido: analizar el impacto de los campos electromagnéticos que emiten los motores eléctricos. Tal como apuntan sus impulsores, se trata de ver hasta qué punto interfieren las ondas electromagnéticas con el resto de mecanismos del coche eléctrico, y además evaluar si tienen algún tipo de consecuencia para la salud y el cuerpo humano.
El proyecto se engloba dentro de los objetivos establecidos por la Unión Europea en el marco de la estrategia 2020, que a nivel energético, implica reducir un 20% las emisiones de CO2, respecto de los niveles de 1990. En este contexto, la Comisión Europea se ha fijado como prioridad desarrollar el coche eléctrico.
Junto con el CEIT, en el proyecto HEMIS participan Jema Energy, también en Gipuzkoa, IDIADA Automotive Technology en Tarragona, los británicos York EMC Services y Mira LTD., el Politecnico di Milano y el Research Centre from Finland en Finlandia. Cuentan con una asignación de dos millones de euros de fondos europeos y está previsto que los primeros resultados se conozcan en diciembre de este año, cuando termina la duración de 30 meses prevista inicialmente para el proyecto.