La Comisión Europea pone a España, Grecia, Rumania, Reino Unido e Irlanda entre los que más problemas tienen en sus finanzas públicas. Cada año, la UE publica un informe de países comunitarios que tienen que soportar un mayor riesgo fiscal y, por lo tanto, aquellos que tendrán más problemas para refinanciar su deuda.
Para hacer este estudio se aplican índices como déficit, créditos privados o el peso del sector inmobiliario.
En el caso de España, el informe que hoy ha hecho público la Unión Europea, destaca que entre 1995 y 2007 la carga fiscal total aumentó del 32,75 al 37% del PIB. Gracias a la burbuja inmobiliaria y al aumento de la demanda interna los ingresos del estado aumentaron debido a los impuestos indirectos. Los empresarios obtenían grandes beneficios, sobre todo los ligados al sector de la vivienda y a las operaciones financieras, y como consecuencia los ingresos del impuesto de sociedades.
El informe anual sobre las finanzas públicas dice que «el 75% del incremento de los ingresos fiscales entre 1995 y 2006 era de naturaleza temporal» y ha sido el pinchazo de la burbuja inmobiliaria el que ha provocado "una reducción permanente de la elasticidad fiscal". Considera que España ha «sobreestimado» sus ingresos y no ha evaluado correctamente su posición fiscal. Afirma además que la política fiscal puede haber contribuido a aumentar el endeudamiento de los hogares y a inflar la burbuja inmobiliaria. Concretamente dice «El tratamiento fiscal de la vivienda en España favoreció su compra a expensas de otras inversiones alternativas». La compra de vivienda estuvo incentivada en detrimento del alquiler.
En general, la situación en la UE es de fuerte deterioro de las finanzas públicas, con una previsión de déficit presupuestario medio de las administraciones públicas superior al 7% del PIB en 2010 y una tasa de endeudamiento que aumenta en las mismas proporciones.
La segunda parte del informe examina la evolución del presupuesto. La tercera analiza la evolución de la deuda y las perspectivas existentes. En la cuarta y última parte, analiza los desequilibrios macroeconómicos y los riesgos presupuestarios. Como conclusión, los países que han tenido un deterioro más fuerte en sus finanzas públicas durante la crisis se distinguieron en los años anteriores por ser menos competitivos, tenían desequilibrios externos cada vez mayores y una explosión de crédito y demanda interior. Mientras que los países que han tenido menos problemas han tenido unas finanzas más estables.