España podría encontrar en la protección medioambiental una fuente de ingresos para reducir el déficit y financiar la transformación del modelo productivo y energético. Sin embargo, la realidad es que los impuestos verdes son solamente el 5,2 por ciento del total de ingresos fiscales que recauda el Estado español, siendo el tercer país de la Unión Europea que menos ingresa a través de la fiscalidad ambiental.
El estudio del Instituto de Estudios Económicos señala que, a partir de datos facilitados por Eurostat, el 82 por ciento de los impuestos derivados de la contaminación ambiental provienen del consumo energético –productos petrolíferos, gas natural y electricidad- mientras que el 17 por ciento están relacionados con la imposición fiscal al transporte.
Por el contrario, entre los países que más penalizan las agresiones medioambientales están Bulgaria, 10,7 por ciento del total de los impuestos que recauda; Países Bajos, 10,3 por ciento; Eslovenia, 9,6 por ciento y Malta, 9,2 por ciento.
España solo es superada por Francia, 4,2 por ciento, y Bélgica, donde el 4,7 por ciento de sus impuestos están derivados de penalizar las actividades que causan impacto ambiental. En los 27 Estados Miembros, la recaudación verde se sitúa en el 6,2 por ciento del total de ingresos fiscales.