En Galicia se ha celebrado la Jornada, «GNL, el futuro del transporte marítimo», donde los sectores gasista y naval españoles se han reunido para estudiar la implantación del gas natural licuado como combustible para buques, uno de los grandes retos de la navegación a nivel mundial. Alrededor de 180 especialistas han asistido al evento.
Según el presidente de Sedigas, Antoni Peris, la contribución del gas natural a la disminución del coste energético es importante, motivo por el que la Agencia Internacional de la Energía prevé «un crecimiento mayor del gas natural que otros de sus competidores».
Peris ha añadido que «en Europa, el crecimiento del sector gasista encuentra en el ámbito de la movilidad su mejor aliado. Tanto en el transporte terrestre como en el marítimo, el gas en formato comprimido o licuado es una alternativa tecnológica real a otros combustibles».
La irrupción del gas natural licuado como combustible marino es fruto de recientes directivas europeas que impulsan combustibles alternativos, más competitivos, eficientes y sostenibles, junto con la limitación de emisiones de gases contaminantes en diversas zonas marítimas. Según el estudio «Shipping 2020», realizado por DNV, en seis años las distintas flotas marinas consumirán en el mundo 7 millones de toneladas de GNL, de las que 2,2 millones corresponderán a Europa.
El director xeral de Enerxía e Industria de Galicia, Ángel Bernardo Tahoces, ha destacado que «el precio de los carburantes, la presión regulatoria europea en medio ambiente y la localización de Galicia hacen de nosotros el sitio idóneo para desarrollar este nuevo combustible». Galicia, situada en el corredor de Finisterre y la disponibilidad de una planta de regasificación en Mugardos-Ferrol son estratégicos para este combustible.
GNL para el Transporte marítimo en España
España dispone de potentes infraestructuras para la explotación del GNL, a la vez que se encuentra en una posición geoestratégica privilegiada para la navegación marítima —Gibraltar y Algeciras están entre los puertos con más tráfico a nivel mundial—, recibiendo gas de 11 mercados distintos.
El desarrollo del GNL marítimo, viene favorecido por la existencia de 7 regasificadoras —6 en operación—, ubicadas en los principales puertos de España, donde el año pasado descargaron 228 buques metaneros. Actualmente, el país ostenta el primer puesto en número de terminales de descarga y regasificación a nivel europeo —7 terminales de las 23 existentes en Europa—, siendo el destino del 36,5% del GNL que se descargó el año pasado en la Unión Europea.
En cuanto a flota de cisternas, dispone de la más grande de Europa, con unos 300 camiones cisterna que transportan GNL por todo el territorio con cerca del 90% de la capacidad europea.
El GNL marítimo se presenta como una oportunidad de desarrollo económico en la zona de puertos y áreas metropolitanas cercanas. Además de utilizarse para la propulsión de grandes buques, su aplicación también es posible en el sector pesquero, los remolcadores portuarios, así como los servicios que ofrece el puerto; la gasificación de los puertos da la oportunidad de mejorar la calidad ambiental y los servicios de los mismos. Otro ámbito relacionado sería el de los astilleros, que verían reanimada su actividad para la construcción y reparación de embarcaciones.
Según Sedigas, el GNL aporta otras ventajas medioambientales al mundo marítimo; supone la reducción drástica de emisiones de azufre, nitrógeno y partículas sólidas. El desarrollo del GNL como combustible de grandes buques viene favorecido por la legislación recogida en la «Convención Internacional de Prevención de la Contaminación de Barcos» (MARPOL), que limita las emisiones procedentes de barcos y designa áreas de especial protección del aire. Son las llamadas Áreas de Control de Emisiones (ECA).
Actualmente, entre las ECA existentes se encuentran el Mar del Norte, el Mar Báltico, la costa Este y Oeste de Norte América, y el Mar Caribe, y se espera que el Mar Mediterráneo también esté en un futuro.
La implantación del GNL para el transporte marítimo también viene favorecida por la Directiva europea que impulsa el desarrollo de infraestructura para uso de combustibles alternativos en el transporte. Concretamente, designa una serie de puertos españoles que deberán disponer de infraestructura de carga de GNL en 2020 —Algeciras, Barcelona, Bilbao, Cartagena, Gijón, A Coruña, Las Palmas, Palma de Mallorca, Sevilla, Tarragona y Valencia—.