Una mayoría de Estados miembros han apoyado que se utilice el procedimiento de «cooperación reforzada» para resolver el veto de España e Italia a que la patente europea se examine y se conceda en inglés, francés o alemán como únicos idiomas legales. Es una cuestión que debería resolverse por unanimidad, España e Italia consideran que sus idiomas nacionales están discriminados y vetan la resolución.
La única forma de saltarse ese veto es con la «cooperación reforzada» que permite a los países que están de acuerdo dejar a un lado a los que se oponen y continuar con la negociación. Once países habían pedido que se utilizara este procedimiento que el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier, ha propuesto en el Consejo que se ha celebrado este viernes. Ha anunciado que el próximo martes presentará su propuesta para iniciar la «cooperación reforzada».
Barnier ha recordado que desde hace 30 años se viene hablando de la patente europea y que desde hace 10 está bloqueada porque «la unanimidad es imposible». Ha hecho hincapié en que las empresas de los países que no se unan a la «cooperación reforzada» no serán discriminadas. Cuando exista la patente podrán utilizarla todos de igual manera. La patente europea se examinaría en francés, inglés o alemán, cuando se conceda se hará en uno de esos tres idiomas y el documento será el únicamente válido legalmente.
El secretario de Estado español para la UE, Diego López Garrido, ha insistido en que el procedimiento de «cooperación reforzada» no casa con el espíritu y la letra del Tratado de Lisboa ya que los «regímenes lingüísticos en la UE exigen unanimidad para ser aprobados». No ha descartado que la cuestión se lleve al Consejo de Jefes de Estado y de Gobierno próximo y acudir al Tribunal de Luxemburgo cuando se apruebe la patente.
La patente europea reducirá considerablemente los costes para las empresas, en una décima parte que la situará al nivel de EE UU o Japón.