Sea por la crisis, la falta de confianza en los políticos o por el turbio futuro que todos los indicadores económicos predicen, los españoles y los italianos son los ciudadanos menos felices del mundo. Y no es de extrañar si se vincula felicidad y bienestar económico, ya que en la actualidad los malos augurios en este campo colapsan las noticias que salen diariamente sobre los países del arco mediterráneo. Cabe destacar que Grecia no ha sido considerada en esta encuesta.
Se trata de un estudio realizado por la empresa Ipsos y recogida por el semanario The Economist. Más de 19.000 personas adultas entrevistadas en un total 24 países apuntan que la mayoría de los europeos son más pesimistas que la media mundial y que la felicidad está proporcionalmente ligada a los ingresos económicos, lo que la hace depender más del bienestar material que de otro factor.
En términos globales, el 77% de los participantes dicen ser «felices», tres puntos por encima del dato de 2007 y, entre ellos, el 22% califican su estado de ánimo como «muy felices». Este resultado pone en evidencia realmente que el dinero no da la completa felicidad ya que los ciudadanos más felices se sitúan en países pobres o con rentas medias/ medias-bajas. Mientras que los países del calificado primer mundo se muestran más tristes, en especial, Italia y España, donde sólo el 13% y el 11% de los ciudadanos aseguran ser «muy felices», respectivamente.
El estudio de Ipsos, señala The Economist, muestra que los niveles más altos de felicidad se dan en los países como Indonesia, India y México. Mientras que en otras economías avanzadas, la felicidad va desde aquellas potencias que están por encima de la media, como son los casos de Australia y Estados Unidos, donde el 28% de los encuestados se define como «muy felices», hasta los que están muy por debajo del promedio, como los países mediterráneos.
Otros países como Turquía muestran un «crecimiento» de la felicidad con 16% de personas que dicen estar plenamente satisfechas con sus vidas. México sube unos diez puntos porcentuales e India otros cinco. E incluso en Japón, que pese al tsunami que arrasó buena parte del país y que tiene al mundo en vilo por culpa de la central de Fukushima, son seis puntos más felices que antes. Brasil y Rusia, dos potencias emergentes ante la crisis europea y americana, también se muestran más tristes que antes.
Aunque la felicidad depende del estado individual de cada persona, el estudio arroja diferentes cuotas de felicidad dependiendo del continente en el que uno se sitúe y lo expuesto que esté su país al riesgo económico de su zona. Salvo excepciones, claro.