España cree que la Comisión Europea margina el español

España, afirma el Secretario de Estado para la UE Diego López Garrido, «va a defender la no discriminación del español» y por eso no va a votar a favor de la propuesta de la Comisión Europea para crear una patente comunitaria única que sería válida en todo el territorio de la UE.

La mayoría de los documentos comunitarios se traducen al inglés, francés o alemán y un ejemplo es esta propuesta que hace la Comisión Europea. Las patentes se examinan y se conceden en cualquiera de esos tres idiomas, dejando fuera al resto de lenguas comunitarias. El texto en el que se publicarían las patentes sería el único auténtico, es decir, sería jurídicamente vinculante.

Llegada de personalidades al Consejo
Llegadas al Consejo de Competitividad/Foto:CE

El Gobierno español cree que la UE no protege lo suficiente las diferentes lenguas comunitarias y, desde luego, dice el Secretario de Estado para la UE, Diego López Garrido, «no protege suficientemente el uso del español». Por esta razón España rechaza la propuesta de la CE de crear una patente comunitaria única que sea válida en todo el territorio de la UE, que van a discutir los ministros de Industria este martes en el Consejo.

Las patentes de la UE se examinan y se conceden en inglés, francés o alemán. Cuando se conceda una patente se publicará en una de estas lenguas y ese sería el único texto válido, es decir, el texto jurídicamente vinculante.

López Garrido insiste en que España está a favor de que exista una patente comunitaria porque «es un factor de competitividad y progreso», pero se mantendrá «firme» en su rechazo a cualquier discriminación lingüística del español.

La mayoría de los Estados miembros respaldan la propuesta de Bruselas, pero los acuerdos sobre cuestiones de lengua necesitan el apoyo unánime de los veintisiete y España e Italia están en contra y por lo tanto pueden vetar cualquier decisión.

Una de las alternativas que plantea Madrid es la que se utiliza en la Oficina de Armonización del mercado interior (OAMI), con sede en Alicante, que trabaja en inglés, francés, alemán, español e italiano.

En la actualidad, una patente europea validada en 13 países puede costar hasta 20.000 euros, de los cuales 14.000 euros corresponden a las traducciones. Eso hace que una patente europea sea diez veces más cara que una americana, cuyo coste aproximado, según Bruselas, es de 1.850 euros.