Berlusconi, rodeado de sus incondicionales, ha refundado Forza Italia, un proyecto que se mueve entre la nostalgia y el futuro incierto que supone la condena judicial de su líder. En un tono melodramático»Il Cavalieri» ha dicho que «ha habido diferencias no sobre el programa, sino entre personas». Tras meses de tensiones y amagos, la ruptura es un hecho. Angelino Alfano, ha formado el partido «Nuevo Centro Derecha», que contaría con el apoyo de 37 senadores y 23 diputados.
El insalvable escollo que ha llevado a la división de la derecha italiana ha sido la insistencia de Berlusconi en responder a su probable expulsión del Senado con la ruptura del gobierno, algo a lo que sus ministros se han negado. Tras retomar el control de su partido, no lo había perdido nunca, ha ofrecido un discurso en el que ha retomado los ejes tradicionales de sus discursos, con ataques al comunismo, los jueces y las decisiones de Bruselas.
El ex primer ministro sabe que la escisión interna le hace más débil, sobre todo porque no puede romper el Gobierno de Letta que a partir de ahora tendra una mayoría menos amplia, pero más cohesionada. Ni tampoco seguir ajeno a su condena en firme en el caso Mediaset: El reloj marca la cuenta atrás para votar su expulsión del Senado, y su adscripción a los servicios sociales.