La Lista Lagarde ha sufrido un proceso rocambolesco en Grecia. Filtrada por un empleado del banco HSBC, el gobierno francés la envió a Atenas sin que el gobierno socialista hiciera mucho caso. El argumento era que la lista se había obtenido ilegalmente y no se podía usar para perseguir a los presuntos defraudadores. El responsable del asunto era el entonces ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinou.
El semanario griego Hot Doc publicó los nombres de los propietarios de las cuentas suizas, donde aparecían políticos y empresarios. Tanto Papaconstantinou como su sucesor, Evangelos Venizelos, actual líder del PASOK, fueron acusados de retrasar la investigación y se llegó a decir que la lista se había perdido.
Reabierta la investigación por el gobierno conservador de Samaras, parece comprobarse que de la lista original desaparecieron dos primos del exministro y sus cónyuges, que tenían en Suiza dos cuentas, una con un millón doscientos mil euros y otra, ya cerrada, con dos millones.
Papaconstantinou lo niega y habla de caza de brujas contra él, pero el PASOK ha actuado rápidamente y le ha expulsado del partido, en un intento de salvar del escándalo a su sucesor y actual líder, Venizelos.
Papaconstantinou fue el encargado de aplicar los primeros ajustes en la crisis griega y su presunta implicación en este escándalo está provocando incendiadas protestas en los medios de comunicación y en una población que sufre continuos recortes en su poder adquisitivo y en las políticas sociales.