Según el alcalde cordobés, José Antonio Nieto del Partido Popular, este lunes se recibió en el Ayuntamiento un sobre procedente de Francia con un CD en el que ve indicios de irregularidades en la elección de la capital cultural europea para 2016. Ha puesto los hechos en manos de un abogado, que pretende impugnar la decisión del jurado, una vez que se hagan públicas las actas de la reunión.
El ministerio de Cultura ha abierto una investigación formal y lo mismo ha hecho la Comisión europea. Aunque la denuncia se base en un anónimo, el portavoz del Gobierno, José Blanco, ha asegurado que se investigarán las supuestas irregularidades porque «cuando hay una denuncia hay que investigarla».
Por su parte la consejera de Cultura del Gobierno vasco, Blanca Urgell, ha manifestado que «El proyecto Donostia 2016 ha ganado por derecho propio, porque es magnífico y porque el equipo ha hecho un trabajo fabuloso». El alcalde donostiarra, Juan Karlos Izaguirre ha reiterado que la elección responde a «méritos propios».
La designación de San Sebastián como Capital Cultural en 2016 junto a la polaca Breslavia, escoció a muchos. El proyecto había sido preparado por un Ayuntamiento socialista, pero la elección llegó cuando un nuevo equipo de la formación Bildu, una coalición independentista, acababa de tomar posesión en el consistorio. Las otras candidatas españolas, Zaragoza, Burgos, Córdoba, Segovia y Las Palmas de Gran Canaria pidieron que se revisara la decisión por estimar que se debía a motivos políticos. El alcalde de Zaragoza, socialista, ha denunciado que en su Ayuntamiento también se ha recibido un anónimo.
El presidente del jurado, Manfred Gaulhofer, justificó la elección por «el gran compromiso en contra de la violencia y la idea de usar la cultura para ello». La propuesta donostiarra se titulaba «cultura para la convivencia». Informe del jurado.
La iniciativa Capital europea de la Cultura comenzó en 1985 a propuesta de la ministra de Cultura griega Melina Mercouri. Los Gobiernos de los Estados miembros designaban a ciudades de sus países y el Consejo de la UE elegía una, sin tener en cuenta más requisitos. A medida que la UE fue creciendo, la elección se fue complicando. En 1999 se establecen unas normas comunitarias de selección para los años 2005 a 2019.
En la actualidad se eligen dos ciudades cada año pertenecientes a dos Estados miembros designados con antelación. Seis años antes de la fecha que corresponda se presentan las solicitudes en cada país que debe notificarlas a la Comisión Europea. Un comité de trece miembros, siete nombrados por las Instituciones europeas y seis por el Estado miembro, previa consulta a la CE evalúa y aprueba las solicitudes y se preseleccionan las candidatas. Estas, elaboran su programa siguiendo las indicaciones del Comité de Selección que al cabo de nueve meses vuelve a examinarlas y selecciona una de ellas finalmente.
Cuatro años antes del que corresponde para ejercer la capitalidad el país, hace una propuesta justificada de la ciudad elegida al Parlamento Europeo, a la Comisión, al Consejo y al Comité de las regiones entonces será cuando se designen oficialmente las dos ciudades Capitales Culturales.
Durante los cuatro años que restan hasta la fecha de la capitalidad un comité de seguimiento velará para que se cumpla el programa. El Comité está compuesto por siete miembros nombrados por la UE también puede haber un observador del país.