Después de sobrevivir al riesgo de desintegración hace dos años, la eurozona ha hecho grandes avances, pero eso «no significa que estemos completamente fuera de peligro», ha dicho Constancio este lunes en una conferencia conjunta del BCE y la CE.
Para el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), el débil crecimiento, el paro excesivo y una fragmentación financiera significativa son los principales desafíos que todavía debe vencer la zona euro.
Un informe publicado conjuntamente por la CE y el BCE muestra que las diferencias que existen entre los mercados financieros en Europa son mayores que las que había antes de la crisis financiera, pese a las medidas que se han adoptado.
Otro problema es la baja inflación que, como Constancio señala, amenaza con empeorar la carga de la deuda soberana en los diferentes países. La inflación es del 0,5 %, cuando la meta marcada por el BCE es del 2 %.
El presidente del BCE Mario Dragui, mantiene los tipos de interés en mínimos, el 0,25 %, y se resiste a bajarlos más. Su fe en sí mismo le lleva a confiar que baste su palabra como otras veces.
Precisamente a esa indefinición le ha echado la culpa de la falta de crédito el consejero ejecutivo del BBVA y exconsejero del BCE, José Manuel González-Páramo. «Los bancos que están en una posición sólida saben que tienen que temer relativamente poco, pero como todavía no se conocen todos los detalles hay entidades que son cautas y que prefieren esperar a conocer ese resultado antes de embarcarse en una política de crédito nueva», ha dicho.
Según datos recientes, el crédito que los bancos han concedido a las empresas registró en febrero un descenso interanual del 9,5 por ciento frente a un descenso del 8,9 por ciento en enero. En cuanto al impuesto sobre transacciones financieras, conocido como «tasa Tobin», que se prevé introducir en un futuro, en paralelo a unas regulatorias más estrictas sobre el sector financiero, González Páramo, ha dicho que podría contribuir a encarecer el coste del crédito y dañar el negocio de sectores de la economía real.
Por su parte el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier, ha denunciado que «los europeos y las empresas continúan viendo cómo se les aplican condiciones de crédito y tipos de interés muy diferentes en función de su país de residencia, y estas diferencias no están siempre justificadas por los fundamentos económicos».
Ha añadido que no es posible estar satisfecho «con una situación en la que sólo el 33 % de las pymes griegas y el 50 % de las españolas e italianas obtienen la totalidad de su petición de crédito, frente al 87 % en Alemania», ha insistido en que la mejor manera de acabar con esa fragmentación es poner en marcha rápidamente la unión bancaria.