Después de horas de discusión la ONU ha conseguido reflejar su protesta en un documento en el que condena el hecho del asalto y las nueve muertes (todavía no se conocen datos exactos), pero no al Gobierno de Israel que lo ordenó.
Turquía, hasta ahora el mejor aliado de Israel en el mundo islámico se ha negado a que se suavizaran las críticas, mientras que Estados Unidos, el mayor aliado de Tel Aviv, ha intentado atenuar el lenguaje.
El Consejo de Seguridad de la ONU «pide una investigación rápida, imparcial, creíble y transparente» y la inmediata liberación de los barcos y los civiles que viajaban en ellos.
La mayoría de los muertos y de los que viajaban en el barco eran turcos y del puerto de Estambul salió el Mavi Marmara que llevaba bandera turca. Eso ha hecho que estuviera presente en la ONU el ministro de Asuntos Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, que calificó la operación de los comandos israelíes de «asesinato cometido por un Estado».
Por su parte el embajador británico, Mark Lyall, dijo antes de la reunión «Ahora está más claro que nunca que las restricciones de acceso a Gaza impuestas a Israel deben ser levantadas en línea con la resolución 1860 del Consejo de Seguridad. El cierre actual es inaceptable y contraproducente.»
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la OTAN han convocado sendas reuniones.
Los civiles que iban en el Mavi Marmara serán deportados excepto, según el ministro israelí de seguridad interna, Yitzhak Aharonovitch, los sospechosos de haber estado involucrados en hechos de violencia o los que se nieguen a firmar el acta de deportación, es el caso de los tres españoles que pasarán por un juicio antes de ser deportados igualmente.
Pero todavía queda una embarcación por llegar , la MV Rachel Corrie, un buque mercante reconvertido que acumula mucho retraso. Lleva un cargamento de ayuda humanitaria y 7 cooperantes. La armada israelí ha declarado que están preparados para detenerlos.
El barco fue comprado por la organización irlandesa Perdana Global Peace, que se opone al bloqueo israelí sobre la Franja de Gaza. Lleva el nombre de Rachel Corrie, que fue miembro del Movimiento Internacional de Solidaridad. Fue asesinada en Rafah en marzo de 2003 cuando protestaba contra la demolición de casas palestinas por parte del ejército israelí. Intentaba detener a una excavadora Caterpillar, que le pasó por encima.