En agosto del año pasado, los rectores universitarios aprobaron las becas Pedro Freire, organizadas por la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), aunque destinado especialmente a docentes. Actualmente también existen programas como el Pablo Neruda, orientado a estudiantes posgrado, patrocinado por el SEGIB o «Ciencia sin frontera» puesto en marcha por el gobierno brasileño.
El «Erasmus» iberoamericano podría iniciarse el curso que viene y se calcula que en 2020, unos 200.000 estudiantes, profesores e investigadores iberoamericanos habrán participado en este programa educativo internacional, que tanto éxito ha tenido en la Unión Europea. En 2025 podría haber 40 millones de universitarios en la región y no se descarta tampoco, que dentro de unos años se establezca algún tipo de relación con el Erasmus europeo. En principio las becas tendrían una duración de seis meses y sólo podrían acceder a ellas alumnos con buen expediente académico.
La secretaria general iberoamericana, la costarricense Rebeca Grynspan, destaca que las becas, además de ser una heramienta fundamental para el conocimiento, «fomentan la movilidad académica, un factor muy importante que además contribuiría a fomentar la identidad iberoamericana». «Debemos aumentar nuestro nivel de ambición, construir una plataforma para incrementar de forma significativa el intercambio de estudiantes, profesores e investigadores», ha dicho Grynspan en Universia ante un auditorio de 1.103 rectores y presidentes de universidades de 33 países de todo el mundo.
Desde hace años también se trabaja desde Europa en los intercambios educativos universitarios entre ambos lados del Atlántico. La importancia de estrechar los vínculos entre universidad, investigación y empresa, y la necesidad de desarrollar un sistema de acreditación y homologación de estudios entre la Unión Europea, América Latina y Caribe volvieron a quedar patentes durante el seminario celebrado los días 26 y 27 de mayo en Rumanía como parte de proceso de preparación de la II Cumbre Académica birregional del año próximo en Bélgica. Antes tendrá lugar el próximo seminario preparatorio de la Cumbre Académica en Guadalajara, México, a partir de una consideración común: Para poner en marcha el Espacio Común de Educación Superior UE-LAC es indispensable diseñar instrumentos que faciliten el contacto entre universidades y empresas de América Latina y la Unión Europea, poner en marcha programas conjuntos que trasciendan su objetivo de movilidad e institucionalicen la cooperación internacional en este ámbito.