El movimiento verde, que ha triunfado en el centro y el norte de Europa, no ha cuajado en España y otros países del sur. Ahora un grupo de ecologistas y gentes de izquierda se lanza a una nueva aventura política para conquistar y ampliar ese espacio. Se llaman Equo y su promotor es Juan López Uralde, quien fuera responsable de Greenpeace España durante la última década.
«Los grandes partidos, la izquierda que supuestamente ha asumido los principios verdes, no dan respuestas a las necesidades de los ciudadanos. La alternativa es Equo», dice López Uralde, quien ha contado para la presentación de su formación con dos pesos pesados del movimiento verde europeo, el eurodiputado y líder de la revolución del 68, Daniel Cohn-Bendit y la copresidenta del Partido Verde Europeo, Monica Frassoni.
«La crisis financiera y la crisis democrática tienen respuestas desde un planteamiento ecológico. Hay que crear una nueva ética, que ahora no existe en España, ni en Francia o Italia, con políticas que caminen junto a la sociedad real», dice Cohn-Bendit, al señalar que hay un espacio claro entre los votantes para Equo.
Monica Frassoni dice haber seguido el «tortuoso» camino de los intentos verdes en España y opina que ahora es un buen momento para conseguir el éxito. «Los belgas o los alemanes han conseguido entrar en el debate político con soluciones nuevas y creíbles, con un discurso de propuestas, pero profundamente cultural».
Los dos líderes verdes europeos dicen que creyeron en las políticas de Zapatero durante su primer mandato, pero lamentan el repliegue actual en las políticas progresistas del gobierno español y los errores cometidos.
López Uriarte es consciente de las dificultades que tendrá su formación para competir con opciones mayoritarias, entre otras cosas, porque la ley electoral frena aspiraciones para alcanzar representación institucional, pero ve posibilidades a Equo porque es «una iniciativa que parte de la sociedad civil». «Vivimos tres crisis, ecológica, financiera y democrática y podemos dar respuesta a las tres». Asegura que España es claramente víctima del cambio climático y que hay una «vinculación entre deterioro ecológico y deterioro democrático». Como ejemplo, la corrupción vinculada a la construcción por el modelo de financiación municipal y la necesidad de ir hacia otro modelo urbanístico.
«Nos alineamos en la defensa del estado del bienestar y contra la globalización, que se lleva por delante la democracia», dice el promotor de Equo. El desafío lo plantea su compañera Fressoni: «Ahora falta entrar con los dos pies en el debate que realmente interesa a los ciudadanos».