La operación que ahora se inicia sobre el terreno fue aprobada por los ministros de Asuntos Exteriores de la Alianza el 4 de diciembre, a petición de Ankara. Turquía solicitó apoyo a sus socios de la OTAN después de que cayeran en su territorio varios obuses procedentes del Siria con varios civiles muertos. Las seis baterías antiaéreas protegerán las ciudades turcas de Kahramanmaras, Adana, y Gaziantep. La OTAN espera que el operativo tenga capacidad plena la semana que viene, cuando estará en disposición de defender a 3,5 millones de personas en territorio turco.
El comandante supremo de la Alianza en Europa, el almirante estadounidense James Stavridis asegura que esa rápida respuesta se debe al «trabajo duro» de los países que han facilitado los sistemas Patriot, al apoyo de especialistas de otras naciones y ala planificación llevada a cabo del mando aéreo de la OTAN y de su Cuartel General. «Esta es una clara demostración de la agilidad y flexibilidad de las fuerzas de la OTAN, y de nuestra disposición a defender aliados que se enfrentan a amenazas en un mundo inestable», ha dicho el militar estadounidense.
La primera unidad ha sido facilitada por Holanda y debe defender a los habitantes de Adana. tiene como objetivo proteger la ciudad de Adana y sus habitantes de ataques con misiles. En los «próximos días» serán también activadas y puestas bajo mando de la OTAN las otras cinco baterías enviadas a territorio turco, indicó la Alianza. «Los aliados de la OTAN nos pidieron en diciembre aumentar las capacidades de defensa antiaérea de Turquía y estamos ofreciendo fuerzas operativas en enero», destacó en la nota el comandante supremo de la Alianza en Europa, almirante James Stavridis.
Estados Unidos, Alemania y Holanda han enviado dos baterías cada uno y 400 soldados. Las seis baterías están conectadas directamente con el comando aliado situado en la base alemana de Ramstein. Desde allí se recibe información sobre disparos de misiles en siria y activar el arco de misiles que evitaría que llegaran a las ciudades turcas.
La violencia en Siria, que no cesa, ha obligado a centenares de miles de personas a los países vecinos. Médicos sin Fronteras, ha hecho un llamamiento a las partes implicadas para que respeten las «estructuras hospitalarias y médicas» distribuidas a lo largo de la frontera entre ambos países.