Morir de éxito, eso es lo que le está pasando a Venecia, la ciudad de los canales. Tres millones más de personas en una zona tan pequeña como el centro de Venecia es demasiado para las piedras milenarias. Los escalones de marmol del Puente de Rialto están sufriendo un desgaste enorme por el roce de miles de pies al día. Ha tenido que ser reparado dos vece en un mes.
El tráfico en el Canal es tan grande que en las horas punta han tenido que hacer accesos diferentes para residentes y turistas a los vaporetos, los pequeños barcos que llevan al centro de la ciudad y que comunican las islas entre sí.
Los rusos son los que más viajan a Venecia, seguidos por escandinavos y chinos.